Desde pequeñito me interesaron las películas de espías, primero por las aventuras que corría su héroe, después ya en la pubertad por todos los artilugios y coches que salían en cada una de ellas y de mayor, por razones obvias, fue por las féminas.
Uno empieza a conocer estos filmes a través del archifamoso 007, luego pasa a conocer a Flint y así pasando por Matt Helm y Hugh Drumond hasta llegar a aquellos espías menos conocidos pero que al coleccionista son los que le gustan más por su dificultad en conseguir sus películas.
Todos han usado los más interesantes artilugios (herencia del padre Bond), y todos han querido tener un coche más vacilón que el otro. Bueno todos no, hay uno llamado Dick Smart que prefirió una Vespa. Si, si, una vespa, pero no una cualquiera sino un prototipo especial.
Si nos remontamos un poco, la vespa, aquel vehículo de 98 centímetros cúbicos que diseño Corradino D’Ascanio (inventor del helicóptero), ha tenido bastantes apariciones en el mundo del cine; desde la conocidísima “Vacaciones en Roma” (1953) donde Gregory Peck se corría una escapadita al estilo Lolita con Audrey Hepburn, hasta apareciendo en un sinfín de películas que no vamos a citar por el aburrimiento que puede provocar, hasta la más reciente “El talento de Mr. Ripley” (1999) donde se subía Jude Law.
Pero volviendo a la vespa que nos interesa, hay que decir que la vespa de Dick Smart, un prototipo llamado “Alpha”, fue concebida por un fichaje que tenía Piaggio en la trastienda. Las necesidades de guión de la película “Dick Smart 2007” exigían que la vespa pudiera volar como un helicóptero y sumergirse como un submarino, aparte de otros archi-trucos que poseía, como velocidad supersónica y disparador delantero de misiles.
Cada uno de los trucos, por supuesto eran falsos, no se vayan a creer que se creó una vespa con tales características; pero si funcionaba a efecto óptico. O sea, cuando tenía que volar se abría la coraza que llevaba en la parte de atrás y salían unas hélices a lo Inspector Gadget, si tenía que disparar aparecían unos orificios por donde salían los proyectiles, y así con todos los extras que poseía este extraordinario scooter.
La película pasó sin pena ni gloria y seria una de tantas de espías italianas si no fuera por la vespa, que después de los años ha catapultado este filme a ser de culto. Aquí en nuestro territorio pasó casi inadvertida pero por ahí se puede encontrar alguna copia de estraperlo.
Por lo que he podido averiguar se conservan dos ejemplares de este modelo, uno lo restauró un tal Giorgio Notari dueño de un taller de scooters bastante famoso en Italia para el museo vespa de Piaggio y el otro ejemplar lo descubrimos gracias a una publicación japonesa llamada “Motorcyclist” que en julio de 1996 saco un articulo mencionando que en un hangar se había descubierto un extraño scooter; la información que daba era de risa ya que parecía decir que las funciones de dicha vespa eran de verdad y que la empresa de tan sorprendente prodigio era una compañía llamada “Alpha-Wallis company”. Toda una risa el articulo nipón.
Para que veáis, el mito de la vespa no para de fascinarnos; y si no, fijaros en las motojet de la serie setentera Galáctica que tienen un cierto parecido a una scooter.
